Cuando una empresa (independientemente de su tamaño o actividad) se lanza a la aventura de la comercialización de un determinado producto o servicio se enfrenta a diversos retos. Uno de ellos, desde el punto de vista más puramente marketiniano, responde a la necesidad de decidir hasta qué punto se estandarizará la estrategia de marketing y hasta qué punto se adaptará a diferentes tipos de consumidores.